Domingos en Chándal: "Y que el PSOE se disuelva y entregue los smartphones, dios santo"

Domingos en Chándal es, probablemente, el blog de política más disfrutable y necesario del momento (y si hay otros que le lleguen mínimamente a la altura por favor, no dejes de enseñármelos). En su post más reciente, Por qué es mejor ser una directioner que un militante del PSOE, se mete hasta el fondo con el sistema establecido de chivos expiatorios, de sacrificios públicos con los que la opinión pública alimenta sus ansias de canalizar odio en vez de hacerlo frente a figuras que, pese a ser igual de ridículas, merecerían muchos palos más.
Está también la Lumpenpedia, un compendio de nociones y conceptos con los que resistir y una zona de abrigo motivacional contra los vaivenes de esta vida precaria que nos zarandean para esforzarnos y autoculparnos. En varios posts propios está, también, la visibilización de la religión de «el día de mañana» o de esa tendencia a «asignarle valores casi metafísicos a abrir una puta peluquería canina» o la fundamental cuestión de «¿qué ha cambiado para que hacerse las ingles brasileñas haya pasado de ser una putada a una experiencia?» todo ello salpicado con sus constantes affaires chonis nutriéndose con las dinámicas sociales que se gestan en Telecinco (ya lo dijo Víctor: «la revolución será con los que ven MYHYV o no será») y baterías de links a artículos y libros que dejan claro que lo suyo, además de opinión, es certero análisis sociopolítico de bastante rigor y, desde luego, más sincero que los análisis de catedráticos enmohecidos y comidos por los intereses. Y lo más importante, todo esto dicho con muchísima gracia y capacidad de calar y representar a los que acudan al blog y se encuentren más o menos en su misma situación, que como mínimo deben ser las tres cuartas partes de la juventud española de hoy. Tanto se me parece el estilo de la bloguera Nayermaster al de Grace Morales (tal vez con el único factor de disparidad el vinculado a la distancia generacional) que creo que esta cita, en la que se dice que el Mondo Brutto es «el BOE de la resistencia«, puede ser intercambiable sin problema al blog de esta donostiarra. Publica poco y cuando le apetece, sin darle visibilidad ni hacer autogestión de marca personal porque contra eso es contra lo que va: contra la tontería. Y que trabaje Rita. A continuación la entrevista por la que, como puede quedar claro, tendré que pagarle mucho dinero. Quiero decir, pagarle con algún valor. Bueno, mejor lo dejamos en unos kalimotxos, que eso es más fácil de cuantificar.

¿Desde cuándo te viene esta vocación? ¿Desde la primera clase de la carrera? ¿Fueron las primeras prácticas no remuneradas? ¿La gestión de la angustia del darse cuenta cómo la has ido llevando a lo largo de esos años?

Bueno, llegó un momento en el que yo creía que no volvería a trabajar nunca más, o no al menos en España, y no hablo solo de trabajo periodístico: me refiero a cualquiera. Afortunadamente, nunca he podido permitirme el lujo de trabajar sin cobrar, de lo cual y visto cómo han evolucionado los acontecimientos, me alegro bastante, porque me habría metido en una espiral bastante complicada y parecida a esa en la que se mete gente que, directamente, paga por trabajar, aunque disfrazándolo de “formación”. Hay una cantidad bárbara de formación que puede hacerse de manera gratuita y cooperativa y que no aprovechamos, porque la gente quiere el papelito (y las empresas también) y poder contar que curras en El País ¡UALA! Eso sí, sin reconocer que pagas por ello. Pero luego vas y estás endeudado con 24 años y en tu CV hay un notición sobre los dientes de leche de Leonor. Un rollo y un puto timo disfrazado de oportunidad.

Hay muchas dimensiones en lo que llamas gestión de la angustia. Digamos que mi familia y yo misma somos un poco avanzadilla de las situaciones económicas que vive el país, no porque seamos vanguardia de nada ni muy listos -al revés-, sino porque no tenemos esas relaciones correctas que son las que te mantienen a flote en España. Mi padre ha pasado ya por tres EREs, el primero en el 93, y cuando yo era pequeña a mi madre también la echaron del trabajo aprovechando unas reformas en el hotel en el que curraba. Tuvo una depresión enorme y no podía ni llevarme al colegio porque ni se levantaba de la cama. Así que cuando tú también pasas por un periodo largo de desempleo, que te ofrece un tiempo que nunca habías tenido antes; compartes experiencias, lees un poco y escuchas las noticias, trazar una historia y un posicionamiento personal en torno a eso es bastante intuitivo, y tu historia queda metida dentro de un paisaje general. El desempleo no es un problema individual que surge porque no has hecho un curso CCC de no sé qué o porque no has aprendido chino, QUE HAY QUE VER CÓMO NO APRENDÉIS CHINO, CON EL PEDAZO DE MERCADO QUE HAY AHÍ, sino que tiene responsables, víctimas, y gente que se aprovecha de ello. Si el desempleo no existiera, los de los ERE de Andalucía no se habrían forrado. Mantener una tasa de paro alta para poder chantajearte con ella es un eje como otro cualquiera de la economía española, que te obliga a coger trabajos de lo que sea porque no sabes cuándo vas a volver a trabajar, y porque mejor 400 euros por ocho horas que nada. Hasta donde yo sé, la bolsa o la vida no es libertad. Y pasas por algunos estadios intermedios (tratar de mejorar condiciones y demás), pero la lógica acaba dictando que lo que hay que abolir es el trabajo asalariado, porque si eres asalariado siempre vas a perder, e incluso aunque cumplas las reglas -que tú no pones, sino que te adaptas-, y la culpa de una mala gestión la tengan las cúpulas; la propia estructura jefe/empleado puede hacer que la culpa se desplace, y la pague, el trabajador. Hasta que no nos metamos eso en la cabeza estamos vendidos.

¿Como cuantísimos portales de información consultas para estar tan al día de actualidad política? ¿De qué manera llegas a todo? ¿Cómo filtras los tantísimos libros que manejas?

No leo tanto, y desde luego leo mucho menos de lo que me gustaría, y además no lo hago de forma sistemática. Quiero decir, que lo que lees tiene bastante más que ver con el modo en el que vives o con cuáles son tus referencias que con una especie de guion matutino que diga: bueno, me voy a levantar, me voy a hacer un café, me voy a dar un par de horas para consultar estas webs y leer a los autores x y demás… Quizá encuentro un enlace en FB que a su vez me lleva a otro enlace, o alguien me dice que ha visto no sé qué en Twitter o que se está leyendo tal o cual libro que le gusta bastante y cree que me podría gustar o voy a hacer la compra pero acabo en la biblioteca y aunque no planeaba coger nada resulta que en las novedades hay un libro que tiene buena pinta de un autor que no conocía y luego busco al autor en Google y resulta que mira qué libro, todavía más interesante que este que he cogido, tiene. Es todo bastante prosaico y poco profesional, porque leo lo que quiero, no lo que alguien me ordena que lea. Eso es una suerte. Y la lectura en pantalla directamente me mata y tengo una cantidad enorme de enlaces que luego pasan al limbo del ordenador, así que…

¿Qué opinas del visionado irónico de programas de Sálvame? ¿Es un problema? ¿Verlo en modo irónico es mentira y una falacia? ¿Qué?

Pues no puedo hablar como persona que haga visionado irónico porque no creo que yo lo haga. Si entendemos visionado irónico como ese rollo de bloguero treintañero muy entendido acerca de cine independiente que se casca una suerte de entrada simpatiquilla cuando una noche de viernes, porque no tiene un duro, se queda con su madre viendo el polígrafo de Aguasantas, pues ese visionado irónico a mí me parece una basura, es un poco como decir, “oh, voy a abandonar mi papel habitual para ver cómo se divierte el hampa”.

Pero es que yo considero realmente que Telecinco, para bien y para mal, forma parte de mi vida, que me ha educado y que me ha ayudado a desconectar en malos momentos. ¿Justifico entonces todo lo que se hace en Telecinco? Pues no: Ana Rosa me cae de culo y sus informativos son una mierda. Y Telecinco me parece un ámbito político absoluto, cuidado. Resulta que Alberto Isla llamaba a Chabelita Machupichu cuando estaba de risas con los amigos, y Chabelita se enteró y le va a meter una querella por trato vejatorio y racista. Entra por teléfono el padrastro de Alberto Isla diciendo que bueno, que eso no es ofensivo, porque al fin y al cabo ella tiene origen peruano. Se le echan encima todos los colaboradores, y la cosa acaba con Paz Padilla cabreadísima diciendo que hay que ver, con lo que hemos emigrado los españoles, y lo que estamos emigrando ahora, que a ver quiénes somos nosotros para hablar así de gente de otros países. ¿Hay algo sancionable en esto? Y mira, ojalá, OJALÁ que los de la Gürtel, en vez de a un juicio estándar tuvieran, de corazón lo digo, que enfrentarse a Mila Ximénez (puta ama) y los Kikos. Con el Eje del Mal delante la sensación de impunidad se acaba.

Claro, todo esto contrasta esto con la despolitización, por poner un ejemplo, del asesinato en León de Isabel Carrasco, al que se le ponen mil muletillas, apelamos al ámbito de la psicología, de lo pasional, al hecho de que sean mujeres, a rencillas, a cualquier cosa, a todo lo que se nos pueda ocurrir, para no decir que ese asesinato tiene un cariz político -lo laboral es político, y más si hablamos de empleo en el ámbito público, pero…- Si somos sinceros, nos encontramos que el último asesinato de carácter político lo ha provocado en España nada menos que una militante del PP. Pero eso no lo escucharemos en la mayoría de los medios. En fin, que yo no desciendo a ningún averno para ver Telecinco. Que más infernal fue leer “Princesa sin guion”, ese publirreportaje pre abdicación que le hicieron a Letizia en El País. Que saco mejores análisis de Telecinco que de la New Left Review, hombre ya.

¿Qué se puede hacer para, digamos, concienciar (véase convencer de que lo nuestro es lo bueno) a la gente, a mucha, a toda, de que dejen de meterse a becarios, de que dejen de entrar a másteres, de que dejen el culto al trabajo, de que desconecten de la CT que han mamado en casa, etc? ¿Vamos al 100 Montaditos y nos subimos a la silla y empezamos a pregonar? ¿Metemos el micrófono en el Zara? ¿Nos coordinamos y tomamos el hashtag del próximo Masterchef? No, en serio, qué hacemos.

Hay que partir de que nadie escarmienta en cabeza ajena. Todo eso son buenas ideas. A veces, y porque lo he vivido, tirando del hilo de una gilipollez se puede hacer algo grande. Pero para evitar todas esas cosas solo cabe hacerse preguntas. No son consideraciones morales, ni siquiera económicas. Realmente me cuesta mucho llegar a entender a una persona que pague por currar (¿tan poco vales?), a no ser que lo use como indicador de estatus, en plan “puedo permitirme pagar para x… A ver, si quieres enseñarme cuánto dinero tienes, CÓMPRATE UN PUTO BOLSO. Y hay gente con situaciones económicas apuradas que para hacer eso vuelve a caer en la trampa de la deuda y es todavía peor. Pero es que luego circulan por ahí, entre otras, tres ideas más: una idea difusa sobre lo formativo (te puedes formar casi gratis para ser un buen periodista, es que se puede llegar a poner en cuestión hasta la existencia de esa licenciatura), otra idea difusa de oportunidad (que se parece, sin ánimo de frivolizar, a cruzar el Estrecho en patera) y luego otra de supuesto prestigio. Pero, de corazón, ¿qué persona con dos dedos de frente ve ahora mismo prestigioso trabajar en El País o El Mundo? No sé, joder, tienes que ser un pelomuerto en el cuerpo de un veinteañero para pensar así. Luego también está la idea abyecta de “mundillo”: voy a ver si me meto aquí para conocer gente y ya de aquí voy subiendo y bla bla bla. Y luego irte a la ciudad x de referencia. Vamos a ver: si consigues que un par de negocios de comunicación con sede en Soria, y por tanto con costes más bajos, hechos entre veinte amigos que ponen una pequeña cantidad de pasta sean viables durante un tiempo, o al menos den algo de pasta, y el resto de pasta lo consigues currando en un Zara o podéis haceros vosotros la comida porque hay sitio para plantar cosas, pues yo eso lo considero mejor que cruzarte con John Müller en los putos pasillos de El Mundo y encima pagar por ello. Y a lo mejor abres una época dorada de la prensa con sede en Soria, cagontó. Solo vas a llegar a cosas buenas si el camino te mola (esto ha sonado coaching pero lo pienso de verdad: no hay virtud en la autoflagelación). Y si te endeudas ya te digo yo que no tiene nada de bueno ese camino. Cargarse la CT, en este sentido, supone abrir el escenario, no gestionar tu vida laboral dentro de empresas ya existentes que están hasta el puto culo de deudas pero cuyos directivos siguen cobrando una pasta pero hacen EREs putapénicos. ¿Qué pintas tú ahí?

Y también tener claro que siempre vas a obtener mejores resultados en aquellos campos en los que tú pongas las normas. Y te lo digo porque yo he sido la primera que ha tenido mucha, muchísima, mentalidad de gueto -poca iniciativa laboral-, y al final te autoboicoteas, precisamente por estar a las premisas de otra gente. La idea de “que alguien te dé una oportunidad” a mí me parece aterradora, porque estás sujeto al criterio de otros cuyo interés muchas veces no tienes ni idea de cuál es, y que si lo preguntas tampoco te lo van a decir, porque la idea es que pagues, se te meta en una bolsa de trabajo y esperes, con lo que eres un sujeto pasivo total. Tenemos que repensar muchísimas cosas, empezando por qué producimos, quién decide lo que producimos, y joder, preguntarte cada día para quién trabajas, porque es que en la mayoría de medios lamentablemente no se trabaja para quienes los consumen, sino para quienes pueden pagar a sus empleados. Y yo creo que no entrar en esa situación, y si se está, tratar de salir de ella, es algo deseable. Hay que ver lo que legitima uno cuando decide currar en un sitio en el que puede haber una diferencia de doscientas veces entre el que más cobra y el que menos. Y eso caso de que todos cobraran, que no es lo que suele pasar.

¿El periodista camarero que no cree que es clase obrera (¿clase obrera o lo llamamos mejor pobre o cómo?) se está terminando o la idea es perenne?

Es que ser clase obrera no debería significar ser pobre. Hasta poco después de nacer yo, no lo era. No hay virtud en la pobreza. De hecho, quienes preconizan una cierta virtud en la pobreza suelen ser personas con posibles, que utilizan ese argumento precisamente para eternizar a sus sirvientes en ese estado de pobreza. Yo es que siempre me he considerado trabajadora, todavía más cuando iba a la universidad, porque estudiaba y trabajaba, y no lo digo con ningún orgullo de hacerte a ti misma, lo digo porque deja poquísimo tiempo para ti, y te aseguro que me hubiera gustado haberlo tenido, porque yo por ejemplo militaba y lo tuve que dejar. Dice Belén Gopegui que la clase media no existe: que o trabajas para otros o trabajan para ti. Cuando la precarización de la vida afecta a estratos que, por formación cultural no pensaban que pasarían por eso, entonces llega a los medios y se habla de “el precariado” y demás. No, vamos a ver: precariado ha habido siempre. La Colometa de La Plaza del Diamante de Mercé Rodoreda es una precaria de manual, por ejemplo. Las chicas que servían “en la ciudad” son precarias. Aída, la de Telecinco, es una precaria que tiene un día un plan con el Jonathan pero de repente le llaman de un sitio en el que va a cobrar dos euros la hora más de lo habitual y pierde el culo por ir. Pero eh, ¿cuándo hay un problema? Cuando son universitarios y hombres. Antes eran “cosas de la vida”.

En el ejemplo que pones se vive la tensión entre capital económico y capital cultural, y luego la actitud que adopte el periodista camarero también es clave: puede ver su situación como algo circunstancial y dedicarse a ahorrar dinero, puede pensar que él no se merece servir a nadie PORQUE PA ESO HE ESTUDIAO (como si en los medios no se sirviera a gente, NO QUÉ VA)… Y el caso es que son dos sectores que no son antagónicos, sino que deberían estar bastante unidos: son sectores con sueldos bajos y alta precariedad, pero claro, el periodismo tiene un señuelo cultural que la hostelería no tiene. Y en ambos sectores yo diría que el riesgo de ser un trabajador pobre es alto. Entonces, si tuviéramos dos dedos de frente, quizá dejaríamos de ver esos trabajos en términos de prestigio o desprestigio y nos centraríamos en su contenido “real”: en cuánto cobramos por hora, en si cobramos las extras, en si se cumple el convenio, en la seguridad e higiene en el trabajo… En hostelería esto se ha pasado por alto demasiado tiempo, porque es un sector nutrido por gente que cree estar en él “de paso” (y piensa que no le merece la pena luchar por sus condiciones, que yo tengo un master y no me rebajo a estas cosas), o gente ya a partir de 40 años que no se ha dedicado a otra cosa y necesita aguantar donde está hasta la jubilación.

Y vale, sí, al final por un golpe del destino puedes salir de la hostelería y dedicarte a “lo tuyo”, pero vas a necesitar que un camarero te ponga el café por la mañana. Así que a lo mejor habrá que replantearse que para que tú triunfes, hay mucha gente cada día que hace trabajos que tú puedes evitarte hacer. Para que tú disfrutes, desconectes y sigas siendo “productivo”, hay mucha gente que tiene que trabajar. Para que no te coma la mierda que tú generas en la oficina tiene que haber una mujer que tiene que dar de comer a sus hijos y no encuentra otra manera. Para que nadie se dedique exclusivamente a limpiar mierda, todos tendríamos que limpiar nuestra mierda, pero claro, hay gente que cree que no ha nacido para eso. Tenemos que debatir la idea de productividad y desligar capital económico y cultural. Que tenemos a cuñaos jugando a Rockefeller y claro… Es que para mí haber ido a la universidad es algo absolutamente testimonial, como lo es mi profesión. Te has tirado cuatro años haciendo Periodismo, bueno. También me he tirado cuatro años haciendo ballet y seis años de alta en Movistar, y eso no implica nada. No sé, siempre he visto las carreras como herramientas, no como fines en sí mismas ni mucho menos como conformadoras de tu personalidad. Yo soy quien soy a pesar de lo que he estudiado, y no por lo que he estudiado.

¿Qué te parece mejor? ¿Pedir la renta básica universal o las 20 horas como jornada completa y el salario mínimo interprofesional de 2000 euros (eso como para ya, para mañana en España)? ¿Ni lo uno ni lo otro? ¿Un poco de cada?

Se puede estudiar, claro. No tengo los conocimientos en economía para ver qué solución es la mejor, pero lo que no tiene sentido es tener una economía tecnificada a saco y que echemos 11 horas al día en la oficina. Algo falla. La RB tiene como punto fuerte que no está sujeta a contraprestaciones: en vez de hacer distinciones y que nos peleemos entre nosotros diciendo que los parados quitan pelas al dinero de las pensiones o legitimar ese discurso abyecto del alcalde de Vitoria sobre el fraude en ayudas sociales por parte de inmigrantes que “nos quitan cosas” porque hay que cumplir las condiciones x para tener ese dinero. La RB se te da por ciudadano: el mínimo para vivir tu vida no debería depender de una suerte de casting OT de la menesterosidad.

Volviendo al tema de las ayudas en Vitoria, hay que invertir los términos de las discusiones y no tolerar que se nos impongan desde arriba: realmente lo que es un fraude es lo que cobramos los asalariados. A mí un marroquí, aunque no trabaje y cobre dinero público, no me quita absolutamente nada: de hecho, el que ejerce la racionalidad absoluta incluso dentro del más capitalista de los escenarios, es él: maximizar el beneficio al mínimo coste posible. Pues hace de puta madre. Más te quita la empresa que te tiene de alta en la Seguridad Social media jornada cuando curras completa. Y a lo mejor de ahí ahorra, vaya usted a saber y se vuelve a Marruecos o se monta un pequeño negocio, yo qué sé. Y eso a mí no me incumbe en absoluto: los gilipollas somos los que seguimos yendo a trabajar porque tiene un señuelo de “dignidad” y de “ganarte el pan” que no aguanta un mínimo análisis racional, y que solo sirve para arreglarles la vida a otros bastante más hijos de puta que ese marroquí. Por otro lado, la RB se puede usar como caja de resistencia cuando existe un conflicto laboral y puede ser utilizada por las mujeres en caso de maltrato para no quedar atadas a su maltratador por una cuestión económica. Los de El Mundo ya dicen que esto es carísimo. No sé si tienen en cuenta, aposta o no, que todas las ayudas quedarían absorbidas por esta. Cuando nos compramos un banco no pusieron tantas pegas.

Lo que hay que articular básicamente son mecanismos que nos saquen del salario del miedo, que no creo que tengan tanto que ver con lo que estandaricemos como jornada laboral o con el salario mínimo, porque el salario mínimo pueden puentearlo con becas, contratos formativos y pagos en negro, que es lo que hacen ya. Tampoco me importa tanto el mecanismo del dinero directo si los servicios públicos son decentes. Y la financiación pasa porque la gente trabaje, pero de modo voluntario, no coactivo. Se crea poco empleo y el que se crea es coactivo. No estamos tirando dinero en ayudas: estamos tirando dinero en formar gente que luego se pira o que se queda y no puede hacer lo que quiere porque se le chantajea con deudas o se le ata con subvenciones.

¿Crees que hay que querer tener casa? ¿Tú quieres casa?

Por temas que no vienen al caso, y porque he tenido que salir pitando de mi casa alguna vez, una de esas cosas que me aterra es que llegue un día y no pueda dormir a cubierto. El tema es que el tinglado está montado para que la propiedad -y lo que consideramos/consideran/nos hacen considerar componentes generales de una vida “normal”: coche, educación, etc- conlleve deudas monstruosas y suponga entramparse, más en contextos de trabajo precario, ya que la mayoría no somos rentistas. No sé yo qué porcentaje de vivienda en alquiler habría a principios y mediados de siglo, pero mis abuelos no eran ricos y tenían su casa sin implicar esa clase de deudas. Llevo una temporada larga queriendo juntarme con alguien para irnos a vivir a una ciudad pequeña o a un pueblo y vivir allí quizá de la tierra, artesanía o simplemente vivir con muy poco dinero y trabajar poco, tener tiempo para escribir, y para dormir, que yo lo considero hobby. Lo que pasa que el tema de la repoblación de los pueblos, como todo, parece muy pautado: hay preferencias por gente que quiera abrir un negocio, sobre el cual hay que presentar informes, también preferencias por familias con hijos, así que una cosa tremendamente fácil hace 50 años ahora es un coñazo. En el contexto actual, y con un porrón de casas en manos de la Sareb, okupar me parece una opción, por supuesto. Pero vamos, es absolutamente normal que una persona quiera tener su espacio, que comparta con quien quiera -y no con quien pueda-, en el que poder dejar sus cuatro cosas y descansar sin pasar frío. Faltaría más. Hace falta avanzar mucho en la interrelación empleo/vivienda.

¿Qué cosas bonitas por tu entorno haces? Tipo: boicot a marcas, no usar coche en caso de poder usarlo, ir a refugios de mujeres, etc.

En esto tengo que avanzar muchísimo porque el voluntarismo y yo no nos llevamos bien. Por un lado, porque puedes querer hacer las cosas bien y preguntarte en qué ámbito puedes tú hacer falta, y llegar a la conclusión de que en casi todos hay gente que es mucho más útil que tú, que es lo que yo acabo pensando siempre, y luego no hago nada. Por otro, porque también me pregunto si la gente a la que prestamos ayuda “para sentirnos bien”, no debería mandarnos a tomar por el culo y con razón. Fatal por mi parte. Luego hago cosas buenas sin querer: como me da miedo conducir y me dan asco los coches, pues supongo que contamino poco. Ojalá pudiéramos abolir los coches mañana mismo y recolocar a la gente que los fabrica haciendo transporte público o bicis. También soy poco consumista, pero es más bien por vagancia, porque no me gusta ir de compras, que por concienciación. Y a su vez, ser vaga me ayuda a llegar a fin de mes. Todo ventajas.

¿Cuáles son tus ideólogos favoritos y sus discursos más brillantes en el terreno del Mundo Laboral Constrúyete a Ti Mismo? ¿Y del Mundo Académico?

Hay una idea muy bonita de Jtxo Estebaranz en el libro La Verdadera Historia del Kalimotxo, que es la de la autoexplotación como ilusión de autonomía. Si no recuerdo mal, el libro es de 2006, nada que ver con la crisis ni con el boom emprendedor, ni con el freelancismo. Hay un par de posts, este y este, que tratan la idea del gurú y de la autoexplotación respectivamente y que lo hacen muy bien.

El autoposicionamiento como clase media es clave para entender el triunfo de la idea del emprendimiento. Si te das cuenta, lo que se promociona es siempre montar pequeñas empresas, con una jefatura definida, preferiblemente rollo genio visionario; o autoemplearte tú, rollo lobo solitario luchando contra la adversidad. Pocas veces he escuchado yo hablar de cooperativas, por la mera razón de que jurídicamente los empleados allí son casi iguales. La clase media no ve la igualdad como triunfo: eres clase media, eres pequeño EMPRESARIO, solo si mandas sobre alguien, aunque sobre ti mande un concejal (al que tienes que chupar la polla para que no ponga una gran superficie al lado de tu negocio) y un banquero (porque estás hasta el cuello de deudas). Claro, en tu presentación social como nuevo empresario nunca vas a decir eso. El modo en el que navega la clase media autoexplotada con ilusión de oportunidad es fantástico y super berlanguiano: hay un montón de frases cliché de autoengaño: “ser tu propio jefe”, “no tengo horarios” (que equivale a decir que curras todo el día), “dejar algo para mis hijos” (gracias por aclararnos que piensas criar imbéciles), “tener algo tuyo”… Un día son los que levantan el país y qué ibas a hacer tú sin nosotros, al día siguiente ohdiosmío, nos sangran, nos sangran a impuestos a nosotros, a la esperanza blanca de la nación… Pero nunca he escuchado a un entrepreneur quejarse de que Amancio Ortega tribute al 1%, por la sencilla razón de que él se ve antes en el barco de Amancio que en el de un asalariado, con el que cree tener una relación antagónica (si emplea a alguien ciertamente la tiene), pero es que resulta que después de pagos gana todavía menos que un asalariado. Pero entonces llega ese mañana proyectivo en el que se fumará un puro con Amancio y levantará un imperio con sus propias manos… teniendo a gente currando 12 horas diarias por seis euros la hora, que se pirará en cuanto se enteren de lo que se cobra en McDonald’s.

Es una ilusión de estatus bastante abyecta y fácil de desmontar, que no va a ninguna parte, y que en muchos casos acaba con tu familia hasta la puta polla de ti, con una rotación brutal de empleados, porque prefieren volverse a casa de su madre porque tú les pagas una mierda (y no porque seas un avaro, sino porque no produces absolutamente nada y tienes unas deudas brutales) y contigo llamando a Chicote para que trate de enderezar el tema. Es absurdo, y en última instancia muchísimo más servil que ser empleado, pero claro, como tienes empleados, aunque sean dos, y sean un amigo y tu cuñao porque nadie externo quiere currar para ti, pues… Pero no: seguirán haciéndote creer que abrir su negocio de perfumes de equivalencia es algo que llevaban queriendo hacer toooda la vida. Nadie reconoce que hace algo porque no le queda más remedio o porque no ha aprobado esa oposición que pensaba aprobar o porque no puede entrar en esa gran empresa en la que en realidad le gustaría currar. Yo estoy dispuesta a considerar al autónomo parte de mi bando, pero hace falta también que el autónomo me considere parte del suyo, y eso no pasa siempre, aunque haya gente que sí, que te dice que si pudiera dejaba la tienda y mandaba todo a la mierda.

Bien: tras este bonito cuadro costumbrista, autores: Bárbara Ehrenreich me parece fabulosa, lo he dicho en Domingos en Chandal un montón de veces. Es que aparte de lo que expone es TAN divertida… Owen Jones es de obligado seguimiento también, aparte de Chavs escribe en The Guardian y escribió en The Independent. Richard Sennett también es un buen autor en cuanto a la identidad posmoderna y lo relativo al trabajo como conformador de esa identidad. En novela, Belén Gopegui: la única persona en España que escribía novelas en los 90-2000 en los que sus personajes, efectivamente, trabajaban. En cuanto a cuestiones laborales, el medio de referencia por cómo las trata para mí sería Diagonal. Y la CGT tiene una Guía de Autodefensa para Precarias que es maravillosa.

Tengo un amigo que ya se ha metido a Podemos para ver si pilla “curro” de lo suyo. Dice que va a lo círculos y se encuentra con gente que protesta contra el Estado y la sociedad y también mucha que se queja de que hay un seto mal colocado en su barrio. Que parece una corrala, vaya.

Es un buen punto meterte a Podemos para tratar de currar, porque ejemplifica la idea, muy acertada por cierto, que tenemos acerca de para qué sirven los partidos políticos. Yo creo que ni los jefes más jefes de los partidos, sobre todo de los más grandes, creen que ninguno de sus afiliados se mete ahí sin interés ninguno, y es que una cantidad innecesariamente alta del empleo de este país pasa por los partidos, lo cual es absurdo. En Quién Quiere Casarse con mi Hijo salía una chica que le hicieron el típico reportaje de presentación y aparecía en su casa, y hay un momento en el que tiene el salón lleno de merchandising del PP, y ella explica que tiene en el PP puestas sus esperanzas laborales: con esas palabras lo dice. Con empresas que no valen ni para tomar por el culo y que lo poco que producen lo hacen machacando a sus empleados (¡y todavía la productividad de Euskadi subió un 0,1% en julio!), los partidos se dan un puto festín con estas cosas y juegan a la mafia la mar de bien.

Es que la magia con Podemos es exactamente esa: parecer una corrala. Es que vamos a ver, la distancia entre afiliado y votante es ya estratosférica. Joder, es que tú ves a los polluelos sociatas aplaudir pero enfervorecidos, eh, cuando Rubalcaba dice no sé qué de abolir el Concordato y claro, lloras. Y los que han aupado a Pedro Tinder Sánchez son la clase media más clásica de “oye, nosotros perdón por tener buenos sueldos no vamos a pedir, ¿eh?”, pero luego vas al CIS y resulta que el PSOE es, por bastante, el partido más votado entre el segmento de gente sin estudios. Entonces es normal que la alternativa a la dinámica de gente con pelas/tiempo que necesariamente nutre las filas de un partido tradicional sea un putiferio absoluto. A mí como persona no muy disciplinada y que no elude el conflicto pues me parece fantástico. Pero hay que esperar a ver cómo se lo montan en octubre y qué estructura final deciden, aunque no creo que haya sorpresas. Aunque les van a caer hostias igual, claro está.

Y otra parte es genial que tú estás tranquilamente en tu casa y en la página de fans de FB de Podemos dicen que abren un crowdfunding para meterles un puro a Eduardo Inda y a Esperanza Aguirre, y joder, ES QUE CÓMO NO VAS A PONER SIETE EUROS PARA ESO, y sin necesidad de militar. Que tú seas parte de que Eduardo Inda las pase putas un rato a mí me da la vida. Podemos es un puto spa emocional.

¿Cuáles crees que son los Greatest Hits de Pablo Iglesias es satán? Porque sí, está lo de ETA, pero también el Bar en el que se encontró droga de Pablo Iglesias. Cosas como esas. Qué han hecho los medios para lucirse.

Mi parte de Podemos favorita es ver a la gente de toda la vida de las teles absolutamente nerviosa y como bajo los efectos del speed o verles hacer unas cabriolas en las opiniones “por lo que pueda pasar” que ríase usted de los malabares para encontrar trabajo. Yo es que a Eduardo Inda, Hermann Terscht y Alfonso Rojo (que si te metes en las diez noticias más leídas de Periodista Digital, siempre hay ocho por lo menos que son de Pablo Iglesias. ¡Cambia el nombre por pabloiglesiasdigital.com!!) los necesito para vivir. No sé, a mí el momento en que Antonio Miguel Carmona le tira el cadáver de Ernest Lluch a Pablemos en el prime time del sábado noche me parece supremo. Creo que ese mismo finde, que era el finde después de las elecciones europeas, Paco Marhuenda empieza a loar a saco a Pablo Iglesias diciéndole que vaya currículum más bueno y que qué chico más preparado y demás… Después de insultarle durante fines y fines de semana. Y Hermann Terscht diciendo que Podemos matará “gratis”. O sea, van a dar pasta “gratis” y encima se podrá matar “gratis”, qué maravilla coño. Es que como pueda chantajear Podemos en algún momento con retiradas de publicidad institucional podemos tener escenarios gloriosos.

¿Para dónde va la cosa con Podemos y qué te gustaría que pasase?

El otro día ponía en el periódico que el votante de Podemos es más bien una persona que ve truncado su proyecto de vida, sea este una pyme o sea una deslocalización de su empresa, así que Podemos no es voto de clase para nada. Que igual está votando Podemos gente con más pasta que Hermann Terscht, ojo. La idea de pasta gratis de Podemos me gusta muchísimo, claro, y también son los únicos que tienen una aproximación al trabajo parecida a la mía, aunque de abolir los coches no han dicho nada. Ahora, el otro día le vi al Coletas en Bruselas diciendo lo que que las pymes son las que mantienen el país a flote y me entró un miedo tremendo. Es que si das pelas a las pymes pero también das renta básica va a ser una movida de la hostia porque nadie va a trabajar para los Mauricios Colmeneros patrios, así que no sé. Pero vamos, yo todo lo que sea tocar las pelotas a los habituales lo veo maravilloso. Y que el PSOE se disuelva y entregue los smartphones, dios santo.

3 comentarios

  1. Suelo leerla cuando algún enlace suyo cae por el timeline de Twitter, pero sus entradas son tan largas y desvaría de tal manera que no llego a terminarme sus posts. Sin embargo, en esta entrevista está tan centrada y suelta tantas ideas que me la he leído entera. No podría citar una sola frase porque todas sus respuestas son maravillosas.

    • Gracias Boris, me alegro de que le haya gustado. Aunque a mí me parece que, aunque en un primer momento sus posts puedan parecer desvariados, al final acaban hablando de una problemática común y que está en el fondo de toda la cuestión que trata. Que dar vueltas sobre varias dimensiones del mismo asunto, desde varios ángulos, también es abordarlo, vaya.

  2. A mí Nayermaster me gusta mucho, pero de vez en cuando le dan «jamacucos» y se borra el twitter, o desaparece durante meses. Pero vamos, sus análisis políticos son mucho más certeros que los de taaanta gente

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